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Elementos para el desarrollo de un agronegocio

Entender los orígenes del concepto agronegocio, ligado desde su creación al concepto agroindustria, es fundamental para establecer sus elementos generales, cuyo fin debe ser la eficiencia de la producción, pero desde el punto de vista de cada una de las personas que participan en la misma, es decir, conjuntar el negocio con lo humano.

La agroindustria nacional tiene grandes retos que superar para seguir consolidando al país como uno de los principales productores de alimentos en el mundo. Uno de estos retos es establecer las condiciones adecuadas para el surgimiento de más agronegocios y que a su vez estos tengan mayores posibilidades de tener éxito.

Para lograrlo es necesario establecer un ambiente de competitividad que promueva el surgimiento de proyectos innovadores con impacto agrícola, mediante la determinación de unas reglas que permitan competir a todos, al mismo tiempo que se establece una red de soporte para que esos nuevos proyectos puedan derivar en empresas que aporten soluciones a los problemas actuales del campo; es decir, se trata de lograr un equilibrio entre competitividad y apoyo mutuo, para así avanzar todos juntos.

Es importante mencionar que cuando hablamos de agronegocios nos referimos a todo el ecosistema que incluye y complementa la producción agrícola, pues ya no basta con saber producir, sino que también es necesario tener una adecuada comercialización, ofrecer servicios que son cruciales, dar valor agregado con la industrialización, contratar al talento profesional adecuado, entre algunas otras cuestiones.

Definición de agronegocio

El concepto de agronegocio tiene sus orígenes en 1950 y fue definido inicialmente en 1957 como “la suma del total de operaciones involucradas en la manufactura y en la distribución de la producción agrícola; operaciones de la producción en el campo, en el almacenaje, el procesamiento y distribución de los commodities agrícolas y las manufacturas hechas con los mismos” (Ray Goldberg y John Davis).

De hecho, el término “agronegocio” surgió solo un poco después que el término “agroindustria”, el cual fue propuesto por el propio Ray Goldberg en 1950, al buscar un nombre para designar su visión de lo que debería ser la agricultura de cara al futuro: gestionar la producción agrícola como si se tratara de un negocio empresarial.

Incluso la definición del término “agroindustria” sigue siendo válida: “la creciente interdependencia de la agricultura y las industrias que abastecen a la agricultura, y que procesan y distribuyen los productos de la agricultura”. Interdependencia es la clave.

Sin embargo, esta definición inicial de “agronegocio” estaba centrada exclusivamente en la parte operativa, por lo que Ray Goldberg evolucionó el concepto tiempo después, para poner el foco en las personas que llevan a cabo dichas operaciones: “un agronegocio reúne todos los participantes de la producción, procesamiento, y comercialización de un simple producto agrícola-ganadero; este sistema incluye el campo y las personas que trabajan en él, las operaciones de almacenamiento, los procesadores, los mayoristas, los supermercados o minoristas en el flujo de los commodities desde los insumos iniciales hasta el consumidor final; también incluye las instituciones que afectan y coordinan las sucesivas fases del flujo del commodity como los gobiernos, los mercados de futuros y opciones y las asociaciones comerciales” (1).

El mayor reto de los agronegocios

Actualmente pareciera que toda empresa agrícola, pequeña, mediana o grande, es un agronegocio, por lo que el concepto está fuera de contexto: al hablar de un agronegocio tenemos que analizar si se está o no trabajando de manera eficiente, porque en caso de que no sea así, entonces aun no hablamos de un agronegocio.

Sin embargo, el modelo de Ray Goldberg y John Davis ha ido evolucionando para adaptarse a la situación actual, siendo el mayor reto comprender que a pesar de esto la base sigue estando conformada por las interrelaciones de los actores importantes de la producción de alimentos, quienes deben buscar hacer más por la sociedad, porque ya no se trata solo de hacer dinero, sino de aportar algo de regreso.

Todos tenemos idea de que comenzar un agronegocio es retador, básicamente porque son muchos los elementos que hay que alinear para tener éxito, e incluso pareciera que solo aquellos con los recursos suficientes están en condiciones para establecer un agronegocio y que este perdure, por lo que cerrar la brecha debe ser una prioridad.

Y para que más integrantes de la agroindustria se conviertan en actores relevantes será necesario simplificar de alguna manera el tema, lo que puede lograrse con la organización a todos los niveles, ya que un solo integrante por sí solo difícilmente dominará todos los elementos para constituir un agronegocio exitosos, mientras que si cuenta con una red de apoyo entonces seguramente habrá quien le apoye.

Elementos de los agronegocios exitosos

Todo agronegocio forma parte de una cadena de insumos, producción, transformación, distribución y comercialización, lo que quiere decir que es necesario entender lo mejor posible cómo funciona cada uno de esos eslabones para entender toda la cadena en sí misma, algo que en determinadas circunstancias puede resultar bastante complejo, ya que para cada etapa hay muchos puntos importantes para tener en cuenta (2).

Sin embargo, cada uno de esos eslabones necesita tener bases sólidas para que la cadena no se rompa, lo que implica tener en cuenta tres elementos esenciales, que, aunque no son los únicos, son los de mayor relevancia en la actualidad.

1) Tecnología adecuada

Para producir alimento de manera eficiente hay que contar con tecnología, que debe estar adaptada a las condiciones productivas; es decir, en la mayoría de los casos la tecnología más novedosa no siempre es la solución recomendada, pero existe la creencia errónea de que la tecnología genera resultados por sí sola, cuando la realidad es que la tecnología más acorde a las necesidades de producción que tenemos es la que realmente los genera.

Por ejemplo: los invernaderos son excelentes soluciones tecnológicas en muchos casos, pero no para todo caso la solución es comprar un invernadero y producir en él, porque a veces se requiere algo menos elaborado, como una simple malla sombra, o incluso algo más radical, como puede ser la producción en interiores.

2) Información específica

Dicen que la información es poder, pero la frase siempre queda incompleta, porque la información incorrecta no sirve de mucho, aun cuando se hayan invertido muchos recursos para obtenerla.

Actualmente la mejora tecnológica que ha ocurrido en muchos sentidos nos permite obtener grandes cantidades de información, relacionada con la producción directamente, con el estado de los mercados, con la preferencia de los consumidores, etc., pero hay que saber analizar toda esa información para extraer lo más relevante, de lo contrario podemos tomar decisiones equivocadas basadas en datos irrelevantes.

3) Personal capacitado

Para innovar en la agricultura y establecer agronegocios basados en esas innovaciones hace falta una diversidad de perfiles: teóricos y prácticos, soñadores y realistas, administradores e inspiradores, etc., y más importante aún, personas con sentido crítico que sean capaces de visualizar los cambios que se deben implementarlos, y que sean los primeros en hacerlo.

Además, las redes de contactos siempre han sido relevantes en la actividad agrícola, pero hoy más que nunca esa importancia se está revalorizando como nunca antes, por lo que ya es una necesidad contar con personal que sea capaz de crear lazos de colaboración a distintos niveles.

Estos tres elementos aplican a cualquier agronegocio, aunque para cada eslabón de la cadena agroalimentaria se tienen elementos muy específicos que también deben tenerse en cuenta.